La caja de Pandora se destapó tras conocerse que Michael Jackson murió por una fuerte dosis de propofol suministrada por su médico Conrad Murray. Ahora el juez que instruye el caso ha tramitado el fallecimiento del cantante como homicidio, según publica el periódico 'The Times' .
Los resultados de la autopsia, que fueron publicados el pasado lunes, confirmaron las sospechas de que el rey del pop murió después de que su médico le inyectara un fuerte anestésico.
En la sangre de Michael Jackson se encontraron niveles muy altos de propofol.
El doctor Murray, al que todo apunta como el máximo responsable, admitió haber tratado al cantante durante varias semanas con una mezcla de varios medicamentos para tratar sus problemas de insomnio.
El médico, sin embargo, asegura haber suspendido el anestésico dos días antes de su muerte.
La fatídica noche del 25 de junio, Michael Jackson habría exigido a Murray que le inyectase el propofol y éste habría accedido, aunque disminuyendo la dosis a la mitad.
Los abogados de Murray se han lanzado a desmentir los rumores de que el doctor le habría inyectado el propofol y lo había dejado solo para realizar algunas llamadas telefónicas que tenía pendiente.
La historia de Murray está llena de contradicciones, primero dijo a los investigadores que había salido de la habitación tras suministrarle el anestésico y al regresar Michael Jackson no respiraba. Ahora sus abogados cambian la versión y dicen lo contrario.
El Juez de Instrucción de Los Angeles ha encausado la muerte por homicidio y ahora tocará el momento de determinar quién será el acusado.
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