El cantante Chris Brown, de 20 años, se declaró ayer culpable de un delito grave ante un tribunal de Los Ángeles: haber agredido a Rihanna, de 21, el pasado mes de febrero. La juez Patricia Schnegg le ha condenado a cinco años de libertad condicional, seis meses de trabajo comunitario, clases sobre violencia doméstica y le ha impuesto una orden de alejamiento. Todo ello por destrozarle la cara a su novia durante una pelea en su coche.
El rapero no podrá acercarse a Rihanna a menos de 45 metros, una distancia reducida a 10 metros en eventos musicales. Además, la juez le dijo: "Es recomendable que se haga responsable de su conducta".
La cantante asistió al juicio, pero compareció por separado. Tras la paliza, Rihanna no abandonó a Brown. Un mes después del incidente pasó un fin de semana con él en una mansión de Miami, cedida por el rapero Puff Daddy. Luego ambos regresaron a su casa de California. Desde entonces, los fotógrafos les siguen para pillar una imagen suya. La pareja ni confirma ni desmiente cuál es su situación. La juez se encargó de recordarle a Rihanna que la orden de alejamiento la deben cumplir ambas partes.
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