Sabíamos que Madonna era rara, sí, pero tanto… Ella, más que un marido (porque Guy y ella se divorciaron hace unos meses) tenía un ‘objeto’ de compañero. El contrato fijaba que Guy no podía gritar a Madonna ni tampoco discutir con ella. Aunque bueno, visto de otro modo, ¿os imagináis la paz que debe reinar en un hogar en el que la mujer, que lleva los pantalones, ha prohibido al marido gritarle? ¡Menudo lujo! Además, también obligaba a Ritchie a dedicar varias horas a la semana a la religión de la que ella es seguidora: la Cábala. O sea, que hasta en las creencias religiosas tenían que coincidir…La diva se atrevió incluso a controlar la vida sexual de su esposo. Tanto si éste quería como si no, debía dar a su mujer tantas sesiones de sexo como ella quisiera. O sea, que si a Madonna le apetecía acostarse con él, Guy no podía decir que no. Además, comentan que cuando él se quejaba, la propia Madonna era quien le recordaba que había un contrato de por medio. Y eso que se rumoreó que antes del divorcio estuvieron 18 meses sin sexo…
Bueno, sabemos que este matrimonio al final no salió adelante, pero sí que hubo un contrato cuando estaban planeando su boda. Estamos seguras de que Jennifer López nunca ha tenido problemas para acostarse con nadie, pero ella, por si acaso, prefirió asegurarse de que Ben satisfacía sus necesidades al menos cuatro veces por semana. Si no lo hacía, al pobre chico le caía una multa. Además, si éste le era infiel, debía pagar a la cantante ¡5 millones de dólares¡ Vamos, como para arriesgarse…
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